Contenidos: Introducción de Juan Luis de las Rivas, Ignacio San Martín y Frederick Steiner a la edición española de Proyectar con la naturaleza Prefacio de Ian McHarg a la edición del 25 aniversario (1992) Introducción de Lewis Mumford a la primera edición. La ciudad y el campo El mar y la supervivencia La desolación Un paso adelante El reparto de papeles y la cápsula La naturaleza en la metrópoli Sobre los valores Una respuesta a los valores El mundo es una cápsula Los procesos entendidos como valores Los naturalistas La cuenca del río La región metropolitana Proceso y forma La ciudad: proceso y forma La ciudad: salud y enfermedad Perspectivas
Proyectar Con La Naturaleza Ian
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Desde que hace más de treinta años revolucionó al mundo académico con su publicación, Proyectar con la naturaleza ha sido una referencia continua que ha definido el campo del paisajismo, el diseño ecológico y la planificación urbana y regional. Este clásico de la planificación ecológica anticipa cuestiones hoy vivas y presenta ideas de extraordinaria vigencia, a pesar de los avances de la biología y de otras ciencias, o el desarrollo en las técnicas de gestión del medio ambiente y la conciencia general sobre lo que la conservación de la naturaleza nos exige. Esta edición cuenta, además, con una completa introducción de Juan Luis de las Rivas, Ignacio San Martín y Frederick Steiner, que sitúa al libro en su contexto histórico, académico y práctico, a la vez que analiza las importantes contribuciones de McHarg como teórico y profesional comprometido e innovador.
Descrito por algunos críticos como "el manual del usuario para nuestro mundo", Proyectar con la naturaleza propone un programa práctico para una nueva y más saludable relación entre la naturaleza y nuestro entorno. De esta manera, nos ofrece nada menos que los fundamentos científicos, técnicos y filosóficos para una civilización madura que, como dice Lewis Mumford en su introducción a la edición inglesa de 1969, "reemplazará un mundo contaminado, deshumanizado, amenazado por máquinas y explosiones, que ahora se desintegra y desaparece ante nuestros ojos".
A pesar de los avances de la biología y de otras ciencias; del desarrollo en las técnicas de gestión del medio ambiente y la conciencia general sobre las exigencias de conservación de la naturaleza, este clásico de la planificación ecológica anticipa cuestiones hoy vivas y presenta ideas de extraordinaria vigencia.
En 1969, Ian L. McHarg, profesor de planificación y arquitectura paisajística de la Universidad de Pensilvania, publicó un manifiesto llamado Design with Nature (Proyectar con la naturaleza). Este se tradujo al chino, el francés, el italiano, el japonés y el español, y hoy se sigue imprimiendo. Podría decirse que es el libro más importante producido por las profesiones de diseño en el s. XX. Design with Nature no solo capturó el espíritu de fines de la década del 60 al condenar la expansión del urbanismo y la degradación ambiental de la civilización moderna, o al menos de América del Norte; fue más allá que muchos otros y propuso un método práctico para hacer algo al respecto.
A lo largo de la historia, las culturas se marchitaron o prosperaron según el modo en que vivían con el suelo y el agua o, como dijo McHarg, según cómo proyectaban con la naturaleza. Para las culturas sintonizadas mediante la experiencia con las condiciones específicas de su paisaje, proyectar con la naturaleza se convierte en una especie de tradición. En este sentido, la filosofía de diseño de McHarg no es nada nuevo. Pero sí lo es su defensa de la ecología como base del diseño y su aplicación a la ciudad moderna. Por lo tanto, su gran logro fue crear un método simple y universal para evaluar la ciencia ambiental y luego incorporarla a los procesos de toma de decisiones en el desarrollo moderno. Cuando este método se aplicaba bien, ofrecía una forma de guiar y fundamentar decisiones de diseño, en especial las que limitaban el alcance y la escala de desarrollos que, de no ser por ellas, se expandirían aun más.
Sin embargo, Design with Nature es más que un manual para el uso del suelo. Se eleva desde la geología hasta la cosmología, parte del cristianismo hasta el budismo, e intercala especulaciones sobre entropía y evolución para llegar a una teoría unificadora de diseño. Según McHarg, proyectar con la naturaleza significaba que la humanidad se encajara en el ambiente de forma intencional y benigna. Esta idea de encajar se inspiró en la ciencia ecológica más avanzada de su época, y fluyó de la creencia de que los sistemas culturales y naturales podrían coexistir en armonía, en equilibrio, si cada parte estuviese en su lugar correcto. Para él, no se trataba solo de determinismo biológico en acción; era el arte más elevado.
Para el 50.º aniversario de la publicación de Design with Nature, con este nuevo libro y las exposiciones y la conferencia relacionadas, nos preguntamos: cómo sería proyectar con la naturaleza hoy? Al ser profesores en la escuela a la cual McHarg dedicó su vida, sentimos la responsabilidad particular de explorar estas preguntas en este momento y desde este lugar. Si bien el presagio de McHarg justifica una celebración, al marcar el 50.º aniversario de su obra magna, nuestra intención no es hagiográfica. Por el contrario, consideramos que nuestra responsabilidad y la finalidad de este volumen es un discurso constructivo y crítico; preguntarnos cómo evolucionó el ethos de proyectar con la naturaleza en este medio siglo y especular acerca de las expectativas de los próximos cincuenta años.
Por un lado, McHarg acudía a la Naturaleza como máxima autoridad y, por otro, la reducía a interpretación mediante positivismo basado en datos. Así, siempre se metería en problemas filosóficos y provocaría críticas. De hecho, gran parte de lo que ocurrió en la arquitectura paisajística en los últimos cincuenta años se puede interpretar como una adhesión o una crítica a su filosofía y su método. Si McHarg hubiese titulado su libro Proyectar con el paisaje en vez de Proyectar con la naturaleza, y si hubiese ofrecido advertencias sobre las limitaciones de su método para informar la creatividad y la ingenuidad humanas, entonces las acusaciones de soberbia y tosquedad que se le atribuyeron periódicamente se podrían haber evitado en gran medida. Pero en su apuro por cambiar el campo e incluso por cambiar el mundo, McHarg omitió algunos de esos detalles cruciales. 2ff7e9595c
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